El tipo de uva, el método usado para su cultivo, el clima o la oxidación son algunos de los factores que sabemos que afectan en el sabor, aroma y calidad del vino. Pero, ¿afecta también el tipo de suelo al vino?
Aunque parezca inocuo, lo cierto es que el suelo es clave para las propiedades del vino. Podríamos decir que es uno de los factores que más determinante es para este elixir tan codiciado.
Es su capacidad de absorber y conservar el agua y humedad la que afecta de esta forma. Y es que hay muchos tipos de suelo y no todos ellos absorben igual.
Hoy os explicamos algunos de los tipos de suelo que tenemos en nuestra comarca y a que tipo de vino da origen cada uno.
- Suelos arcillosos: son suelos que absorben y retienen el agua a muy bien. Es por ello por lo que el proceso de maduración es mucho más lento. De este tipo de superficies, los vinos salen con poca graduación pero con color y cuerpo que los hacen elegantes como nuestro Gran Bierzo 12 Meses.
- Suelos Arenosos: A diferencia de los arcillosos, estos retienen poca cantidad de agua por lo que el proceso de maduración es más rápido. Como resultado encontramos vinos suaves. Un claro ejemplo es nuestro Gran Bierzo Godello.
- Suelos pizarrosos: Son suelos que acumulan el calor favoreciendo el grado de alcohol. Como fruto obtenemos vinos complejos y maduros como Gran Bierzo Mencía.
- Suelos calizos: Son un tipo de superficies muy secas que aportan gran cantidad de sales calcáreas. El tipo de vino que obtenemos es uno con baja acidez y alta calidad. Nuestro Gran Bierzo Mencía Rosado es un claro ejemplo de calidad.
Si te ha gustado este post, no dudes en compartirlo en redes sociales y hacérnoslo saber a través de Facebook.